El proceso de realización de un tambor de COLUMNA LOBULADA se desarrolla de manera similar al de una columna sencilla, con algunas particularidades.
Después de realizar el paralelepípedo con las medidas adecuadas dibujaremos la planta de la columna deseada de tal manera que nos describa de manera clara el círculo grande central y los 8 semicírculos que conformarán cada uno de los lóbulos de la columna.
Con el compás de dos puntas trazaremos todos estos círculos en caras opuestas de la piedra. Empezaremos la talla retirando la piedra sobrante en las esquinas de la pieza, tallando así cuatro chaflanes planos, primero con cincel en su parte exterior y acabando con bujarda en la interior (comprobando la correcta planitud con la regla). Repetiremos esta misma operación con cada uno de los lóbulos o pequeñas columnas adosadas hasta tener los distintos planos rectos o chaflanes.
Para finalizar iremos tallando la curvatura de cada uno de ellos acoplando la contraplantilla de cuarto de bocel hasta conseguir que se acople a la piedra perfectamente.
La textura final de esta pieza se ha conseguido puliendo la superficie manualmente con lijas de diferente grano.
En esta pieza aprece la firma del autor o marca de cantero. Las marcas de cantero o marcas de cantería, que se hacían en la piedra en la Edad Media probablemente tenían la misión de identificar la pieza tallada una vez colocada, con la intención de cobrar el trabajo realizado. Otras teorías dan a estas marcas distintas simbologías, religiosas o paganas, sólo conocidas por las distintas logias o grupos cerrados.
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